Oído al filo de un café, junto a la esquina de la página central de un periódico manoseado.
El bar es el diván sin complejos de los psicólogos en paro. Y de algunos informáticos con mucho oído y exceso de curiosidad.
Cobro unos 600 euros. Pago unos 400 en la hipoteca porque gracias a Dios compramos una vivienda a un excelente precio. Con 200 euros mantenemos a nuestros tres hijos y los gastos. En realidad, no sólo con esos 200 euros sino con la caridad de nuestros familiares, padres y abuelos.
Yo hago trabajos por los que cobro dinero. Lo llaman negro pero al que yo llamo "mi flotador".
¿Defraudo? Puede que sí.
Pero me importa un bledo el fraude, la ley y la madre que parió a la Seguridad Social y sus normas porque, lo que yo quiero, es poder seguir viviendo bajo techo, comer, tener luz y agua en nuestro hogar y poder dar una educación con unos mínimos de calidad a nuestros tres hijos.
¿Defraudo? Puede que sí.
Y un millón de veces más defraudaría a la Hacienda, al INEM y a todos esos que no necesitan defraudar para salvaguardar el presente y el futuro de su familia.
![defraudar para comer](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1rZ5CPbnX9Fk1Itm6V75U3okkBtBdbHxIZ8DVH2YxY0de6KAteWhFJ0SrbWZn6pY7s8g7i2-tC4iQqAdRqHPi6Ht-20uMwmHz2btKaFhywm39Mah4NfWETLY7D4fxp433_v_FAJnZ4Z3I45NUkfaI7hyphenhyphenweNxNrduSluYGkrBLgZj_LxLZk-gY_wgNaKs/s16000/workaholic-adicto-al-trabajo.jpeg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario