¿Y ahora qué hago?



La sombra no existe. Lo que tú llamas sombra es la luz que no ves.

Henri Barbusse.


Desempleados y jubilados, cuando son individuos que tienen por costumbre la actividad y el trabajo, comparten una desolación común cuando llegan a ambos estados laborables. El más conocido por "y ahora qué hago".

Los culos inquietos, aquellos que aún teniendo recursos suficientes para no necesitar un trabajo harían de todo, sólo que no lo harían por dinero sino por el placer de sentirse activos y dinámicos, se educan y crecen condicionados por la realización de una actividad productiva. Da lo mismo el tipo de actividad, lo importante es hacer. Todos conocemos a algunos.

Son esos que en vacaciones vuelven a pintar los dormitorios. Los que hacen trabajillos extras cuando llegan a casa. Esos vecinos que cuando te ven montando muebles se ofrecen para echar una mano. No pueden evitarlo. La "sangre" les empuja. Cuando llegan las vacaciones, o un puente, aprovechan "para descansar" organizando una comida familiar, un viaje o haciendo aquellas tareas que siempre quedan pendientes.

Pero el desempleo, o la jubilación, no suponen un tiempo "libre" medido y controlado, un impasse programado. Suponen ambos una incertidumbre. Esos primeros días donde tienes taaantas cosas que hacer, taaantas a las que dedicar tiempo del que antes poco tenías, ahora van quedando atrás y empiezan laaargos días de inactividad.

Empiezas a cuestionarte tu vida laboral, primero, pero luego acechan las dudas íntimas. Tu mente entra en callejones oscuros, plagados de tantas sombras inquietantes. Y el miedo a ser inútil atenaza la capacidad de reacción.

Nuestro presente es el cúmulo de un infinito cosmos de presentes ya pasados, transcurridos, que han condicionado nuestra vida completa y, por lo tanto, también nuestra vida profesional y laboral. Pero ahora, no sólo tenemos ese baúl de experiencia bajo nuestros pies sino que tenemos el cielo del futuro justo encima, sin definir, sin pintar. Y en las manos, nuestra mejor herramienta, las decisiones. Decisiones que nos estimulan a actuar.

¿Y ahora qué haces? Vivir, construir este presente para asegurar que tu baúl se seguirá llenando de pasados plenos. Entender que trabajo es todo aquel esfuerzo, remunerado o no, que sirve para transformar energía, realidad y condición.

Establece metas alcanzables, elabora planes realizables. Eres técnicamente un desempleado para la administración pública. Es decir, una persona activa y capacitada para producir riqueza que NO tiene un contrato legal. Pero sólo significa eso, nada más.

No eres un parado. Estás desempleado.

Y aunque suene a eufemismo, a usar términos como quien usa los disfraces, sustituyendo unos por otros, mi opinión personal es que lo que nos decimos a nosotros mismos, más allá de las explicaciones y las teorías, construye de una manera íntima e inconsciente nuestro presente, nuestra actitud y nuestra personalidad.

Así que la pregunta tiene respuesta, pero depende de ti. ¿Y ahora qué hago? ¡Todo! ¡Tú estableces tu límites! Y si tú decides donde está la raya que marca la frontera de tus capacidades, de tu preparación, de tus expectativas... tú puedes modificarla.

Sólo hazlo.

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