Había oído hablar de las tutorías de empleo y la cosa me sonaba bastante "escolar". (¿Me mandará tarea para casa?) Sin embargo, como no me considero un resabido y en la vida todo es aprender, allí cogí cita y allí fui hoy, a mi primer encuentro.
Una profesional, tal vez trabajadora social o psicóloga, no lo sé, con experiencia, sin duda, aunque no de muchos años, saltaba a la vista, me estuvo marcando unas pautas iniciales ayudándome a definir mis aspiraciones laborales (puestos), la experiencia previa (difícil de resumir 20 años de trayectoria) y entrando en un primer contacto con mi currículum (su formato).
La mayor decepción en esta experiencia fue la ubicación física de la mesa de trabajo. Cuando me enteré de que existía un Servicio de Búsqueda Activa de Empleo y un proyecto de la comunidad autónoma, como habrá en otras, sobre tutoría de empleo me imaginaba un espacio de formación, donde mantener una charla distendida y tranquila con el/la tutor/a de turno.
Sin embargo, lo que encontré, fue una mesa en medio de todo el meollo. Mantener una conversación instructiva era casi un imposible, llena de "qué" y "cómo" más algún que otro "me repite, por favor". Era como intentar leer un libro denso dentro de un gallinero, sin ánimo de ofender a nadie.
Desde luego no parecen estar acostumbrados a cosas tan básicas como un buen currículum, bien estructurado, que se ha mantenido actualizado en el tiempo, a ver interés en su interlocutor, a que el demandante sienta curiosidad y tenga motivación por aprender estrategias y técnicas...
Es decir, a una actitud pro-activa. No es que lo diga yo, es lo que se reflejaba por las afirmaciones oídas. Todo lo contrario, en varias ocasiones invertimos más tiempo hablando del propio servicio, de justificar su precariedad obvia y, por supuesto, de "esos pobrecitos parados" que vienen "en busca de ayuda".
Así que me fui con una sensación dual, partida. Por un lado satisfecho de una iniciativa así, que ahora conozco en un primer acercamiento y puedo relatar en primera persona. Por el otro, decepcionado ante la evidencia de que es oootro proyecto más, uno de tantos, que tras un determinado período de tiempo y en cuanto se acabe la subvención europea o la que toque en turno, se irá al traste, dándola por finiquitada con un par de memorias y unas cuantas ruedas de prensa.
Mientras tanto los tutores sirven a las oficinas, según el caso. En algunas están a su trabajo y en otras un poco para todo, para suplir aquella baja de allí o esta jubilación de acá o échanos una mano que hoy hay mucha gente.
Seguiremos contando, en próximas visitas.
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